jueves, 26 de agosto de 2010

Los alrededores de La Bola

La Bola está situada en pleno Madrid de los Austrias, en una calle aledaña a la Plaza de Oriente.

La Plaza de Oriente se trata de una plaza rectangular de cabecera curvada, de carácter monumental, cuyo trazado definitivo responde a un diseño de 1844 de Narciso Pascual y Colomer, heredero de varios proyectos anteriores. Uno de sus principales impulsores fue el rey Jose I, quien ordenó la demolición de las casas medievales situadas sobre su solar.

Está presidida por dos de los edificios más relevantes de la capital: su contorno occidental lo delimita el Palacio Real y el oriental el Teatro Real. Su cara norte la conforma el Real Monasterio de la Encarnación, al que le fue expropiado el Huerto de la Priora para integrarlo dentro de la plaza.

Además de los citados edificios, esta plaza monumental alberga diferentes jardines histórico-artísticos y una colección escultórica, en la que destaca especialmente la efigie de Felipe IV, obra del siglo XVII de Pietro Tacca. Está considerada como la primera estatua ecuestre del mundo sujetada únicamente por las patas traseras del caballo.


Los Jardines de Sabatini se encuentran situados frente a la fachada norte del Palacio Real, entre la calle de Bailén y la cuesta de San Vicente. Ocupan una extensión de 2,54 hectáreas.

Estos jardines fueron construidos en los años 30 del siglo XX tras la proclamación de la Segunda República, en el lugar que ocupaban las caballerizas construidas por el arquitecto italiano Francesco Sabatini junto al Palacio Real.

El Gobierno de la República ordenó la incautación de diferentes bienes del Patrimonio Real, entre ellos éste, cediéndolo al Ayuntamiento de Madrid para poder levantar un parque público. El proyecto fue adjudicado al arquitecto zaragozano Fernando García Mercadal tras resultar ganador en el concurso convocado. En 1972 se reformaron los jardines, construyéndose las escaleras monumentales.






Taberna La Bola
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Gastronomía típica madrileña

La Gastronomía madrileña posee las tradiciones culinarias propias de la población inicial cuando Felipe II creó la capital, y posteriormente de los pueblos de su propia provincia que fueron aportando sus viandas a la gastronomía propia de la ciudad de Madrid. Es frecuente comprobar como el olor típico de la cocina madrileña es el olor de la fritura en aceite vegetal: los churros, las tortillas de patatas, los bocadillos de calamares servidos en los bares, las patatas bravas, los chopitos, las gallinejas, etc. Los bares y restaurantes despiden este olor por las calles a casi cualquier hora del día. Según algunos autores, Madrid es cocina fruto de las prisas de las tascas y fisgones, de platos elaborados rápido y mostrando sabores para ser acompañados con vinos de la región. Muchos de los platos que poseen la denominación "a la madrileña" son originarios de las tascas y tabernas madrileñas.

Una de las características de la gastronomía de Madrid es su capacidad de adaptación de platos provenientes de otras zonas geográficas de España . Algunos de los platos y costumbres culinarias más tradicionales tienen su origen en la emigración de poblaciones procedentes de diversas partes del país y que tuvo su existencia a comienzos de siglo XX. Hoy en día no es extraño observar como las comidas de otras culturas se instalan en numerosas calles haciendo más rica la oferta y abriendo las puertas a una cocina fusión.

Entre sus platos típicos se encuentra el cocido madrileño elaborados con garbanzos y con su servicio de tres vuelcos tan característico, los populares callos a la madrileña y la sopa de ajo donde según algunos autores fue creada en Madrid, los caracoles a la madrileña que fueron muy populares en los merenderos de las afueras (barrio de Ventas) y las judías a lo tío Lucas. En la actualidad algunos de los platos clásicos madrileños se han adaptado al tapeo y es posible encontrarlos en forma de pequeñas raciones como pueden ser: la oreja a la plancha, las gambas al ajillo, las patatas bravas, los soldaditos de Pavía, etc. Muy populares en los bares del centro de la ciudad son los bocadillos de calamares y las populares patatas bravas.

La carne es muy importante y a veces e puede encontrar un afecto muy popular por la casquería, de esta forma se encuentran tiendas especializadas en las freidurías de gallinejas, mollejas y entresijos, el mismo consumo de callos es una muestra de ello. El gusto por la carne de caza como el jabalí, el gamo, la perdiz y el faisán que pueden verse a diario en sus mercados. Mientras que de las aves, la que alcanza un mayor protagonismo es la gallina empleada en la elaboración de caldos así como en el cocido. Entre los pescados se encuentra la popular preparación del besugo a la madrileña (plato típico de navidades), la merluza, el mero. Igualmente son populares las gambas (cocidas, a la plancha, con gabardina, o al ajillo), los mejillones (al vapor o en escabeche), los boquerones en vinagre, el bonito también en escabeche. La influencia castellana hace que exista igualmente la preparación de carne en asados como puede ser el asado, el cochinillo, la ternera del Guadarrama.


Taberna La Bola

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jueves, 19 de agosto de 2010

Más fotos de La Bola

Aquí os traemos otra tanda de fotos de La Bola recientitas.



El salón principal





La barra de la entrada con alguno de nuestros camareros





El salón de la entrada visto desde la cocina





Nuestra cocina





Esperamos que os gusten


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miércoles, 18 de agosto de 2010

Asociación de Restaurantes Centenarios de Madrid


La Asociación de Restaurantes Centenarios de Madrid nace a raíz del tercer encuentro nacional del Círculo de Restaurantes Centenarios.

Los miembros de esta asociación forman parte de la tracición cultural y gastronómica de la Capital de España.
todos estos Restaurantes Centenarios de Madrid suponen un ejemplo de buena gestión, de sacrificio y de trabajo continuado durante generaciones.

El comensal que acuda a cualquiera de estos establecimientos disfrutará de esas recetas que nunca pasan de moda. Conocerá a través de su cocina la evolución de la ciudad de Madrid contada por unos amigos que pretenden que el rito del buen comer siga presente en nuestra mesa.

La Taberna La Bola es uno de los trece restaurantes que pertenecen a esta asociación. Nuestra especialidad es el Cocido Madrileño, cocinado como antaño; y nuestro postre "estrella" son los buñuelos de manzana acompañados de helado.



"Dar de comer requiere, tan sólo, buena voluntad. Dar bien de comer, como poco, requiere cierto arte en el manejo de materias y peroles. Hacerlo continuamente, durante más de cien años, sólo lo logran aquellos que alcanzan la excelencia en el virtuosismo, el trabajo y la entrega". (Loyola de Palacio)


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jueves, 12 de agosto de 2010

Restaurante La Cañada y Café Chinitas

El Restaurante La Cañada y el Café Chinitas, junto con la Taberna La Bola, son los restaurantes regentados por la familia Verdasco
  • La Cañada
Al igual que La Bola, está especializado en todo tipo de recetas tradicionales castellanas. Entre sus especialidades se encuentran el cocido madrileño, el rabo de toro y el cordero asado.
Este restaurante se encuentra en Boadilla del Monte, Madrid.



  • Café Chinitas

Está situado en la Calle Torrija, 7. Aquí podrás disfrutar de espectáculos de flamenco en vivo así como platos y tapas de inspiración mediterránea.



miércoles, 11 de agosto de 2010

Ritos y secretos del cocido madrileño de La Bola

Así es como preparamos en La Bola nuestro cocido madrileño:

Ingredientes:
Patatas, garbanzos, tocino, chorizo, carne de morcillo, gallina, hueso de jamón, repollo y fideos.

Preparación:
- Poner los garbanzos en remojo la noche anterior
- En un puchero de barro, hecho a mano, se introduce en codillo de jamón, la carne de morcillo, el chorizo, el tocino, la gallina y los garbanzos.
- Añadir agua y poner todo a fuego lento de carbón de encina durante seis horas
- Una hora antes de terminar la cocción, añadir las patatas y la sal
- Cocer y rehogar la verdura con aceite y ajo
- Cocer los fideos con un trozo de chorizo.


De esta forma es como lo llevamos cocinando desde siempre.


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jueves, 5 de agosto de 2010

Los Garbanzos: Un alimento muy completo

Os voy a hablar sobre las propiedades de uno de los ingredientes principales del cocido madrileño: Los Garbanzos.

Los garbanzos son originarios del suroeste de Turquía, de ahí pasaron a la cuenca Mediterránea y a Europa, luego a Africa, América y Australia. Se sabe, que se cultivan desde la prehistoria y que se consumían en el antiguo Egipto, Grecia y Roma.

Algunas de las propiedades más apreciadas de los garbanzos son:

- Los garbanzos aportan hidratos de carbono complejos, de absorción lenta. Son los más recomendables, ya que producen una asimilación gradual de la glucosa. Esto evita el desequilibrio de los niveles de azúcar en la sangre y genera una energía constante.

- Aportan gran cantidad de proteínas pero al mismo tiempo son muy pobres en grasas saturadas, por lo que contribuyen a regular el colesterol. Al combinar garbanzos con cereales (arroz, cuscús…) la calidad de sus proteínas mejora.

- Proporcionan notables cantidades de fibra, lo que mejora el tránsito intestinal y contribuye, además, a que la absorción de los hidratos de carbono sea todavía más lenta.

- Los garbanzos aportan muchos minerales, sobre todo fósforo, hierro y magnesio.

- Son especialmente ricos en vitaminas B1, B6 y ácido fólico.

Historia del Cocido Madrileño

Es el plato madrileño por excelencia. Hasta los monarcas más exigentes han sucumbido a los encantos de tan sabroso guiso. Y es que poca gente se resiste a un suculento cocido, regado con un buen vino y un pan recién hecho.

El cocido madrileño tiene su origen en la olla podrida. Este guiso al que ya se refería Cervantes en el Quijote («… aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho…»), proviene de la época medieval, refiriéndose el término podrida o poderida a lo sustanciosa, contundente y alimenticia de sus poderosos ingredientes: la alubia roja y las carnes.

La olla podrida proviene a su vez de la adafina (de dafana: tapar), que era una judía que se preparaba los viernes para comer posteriormente el sábado, y respetar así el sabbat. Obviamente esta originaria receta Judía no contenía cerdo, siendo añadido el cerdo por cristianos y judios conversos. Se empezaron a añadir los productos porcinos en la época de la Inquisición. Con esto pretendían demostrar que eran cristianos, puesto que ni judíos ni musulmanes consumen cerdo.

Es un guiso apreciado y valorado por todas las clases sociales, aunque en algunos casos abunda más la carne que en otros. Carlos I y su hijo Felipe II eran grandes aficionados al cocido y en la época de Felipe III era un plato muy frecuente en la corte. Los Borbones gustaron también de tan nutritivo manjar, teniéndolo Fernando VI todo el año salvo los meses de verano. La infanta Isabel “La Chata” (hermana de Alfonso XII) era asidua a nuestro restaurante, “La Bola”.

Curioso, ¿no?