A comienzos del siglo XIX en la esquina de la calle Bola con la de Rejas existía una botillería muy frecuentada por obreros y estudiantes que ya gozaba de una amplia fama. En la segunda mitad del siglo, paso a llamarse Restaurante ‘La Rayúa’. El nuevo local era conducido por una asturiana de pro que dio comienzo a generaciones y generaciones de Verdasco a cargo del restaurante.
En un primer momento, se servían tres tipos de cocidos el de las doce del mediodía (el de 1.15 pesetas) para obreros y empleados, a la una de la tarde (el de 1.25 pesetas) que ya llevaba gallina, y era el preferido de los estudiantes y a partir de las dos, el de carne y tocino, elegido por periodistas y senadores.
Como vemos la taberna La Bola lleva más de un siglo en pleno corazón de Madrid haciéndonos disfrutar con sus platos tradicionales y caseros.
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