Siempre ha recorrido un áurea de misterio entorno a la Estación de Chamberí de la Linea 1 de Madrid. Situada entre la estación de Iglesia y Bilbao y bajo la Plaza de Chamberí fue inaugurada el 17 de Octubre de 1919 e inspirada en el aspecto de las estaciones parisinas de la época. Esta estación conformaba una de las 8 estaciones originarias de la red de ferrocarril metropolitano de Madrid.
En esta estación, se introdujeron nuevas fórmulas para atenuar la reticencia del público a utilizar el transporte subterráneo mediante el empleo de acabados brillantes, coloristas y luminosos en los espacios en contacto con los viajeros, vestíbulos, túneles de paso y andenes. El uso de paños de azulejos y otras piezas de cerámica de color blanco y azul cobalto fue también muy común. Su diseño correspondía a la situación del momento: funcionalidad, sencillez y economía.
Durante la Guerra Civil, esta estación, como muchas otras fue utilizada como almacén improvisado y refugio para los ciudadanos durante los bombardeos aéreos. Ya en la década de los 60 y debido al incremento del tráfico y la necesidad de ampliar los andenes de 60 metro a 90, ésta fue cerrada el 21 de mayo de 1966, para así poder ampliar las estaciones de Bilbao e Iglesia.
La estación fue tapiada y permaneció inutilizada más de cuarenta año pudiendo así conservar su estado aunque ha sido víctima de algún acto vandálico. Ya en 2006 se inicio su remodelación y en 2008 fue inaugurada como museo: Andén Cero.
Este pedazo de historia que es la Estación de Chamberí nos inspira la presentación de la siguiente recomendación de nuestra carta:
- Revuelto de pisto manchego
- Chuletitas de cordero lechal
- Queso fresco con membrillo
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