No se nos ocurre mejor opción después de uno de los fines de semana más calurosos del verano que la de visitar el Real Jardín Botanico de Madrid, donde la humedad y la densa sombra nos darán un respiro climático y el apacible crujir de las hojas nos transportará lejos de la caótica urbe. El recinto reúne tres climas diferentes: tropical, templado y desértico.
La institución, ya con más de 250 años desde su fundación, nace a mediados del siglo XVIII, época en la que había un Nuevo Mundo por explorar y cada planta abría mercados insólitos. La medicina se basaba en ellas, y las boticas recibían con expectación cualquier noticia sobre nuevos frutos o raíces de propiedades curativas. Mercados lucrativos y medicinas para males incurables; dos inapelables razones que atraían la atención de los reyes de toda Europa. Sobre todo de Fernando VI.
Fué el 17 de 1755 cuando Fernando VI ordenó su creación en la Huerta de Migas Calientes, a orillas del río Manzanares. Durante 19 años, el centro recopiló colecciones de todo el mundo, convirtiendose en uno de los renombrados centros botánicos de Europa. Sin embargo, el clima de la zona no era el apropiado para muchas de las especies y el lugar estaba demasiado lejos de la ciudad; es por ello, que en 1774 se traslada a su actual emplazamiento en el paseo del Prado.
Y aprovechando el tráfico fluido y la abundancia de aparcamiento del mes de Agosto, en un santiamén os plantáis en La Bola para probar nuestro fotogénico emperador a la plancha:
www.labola.es
El itinerario jardín botanico nos lleva a los dieciocho árboles más destacados entre los 1.500 del Jardín Botánico, y que nacieron de las semillas traídas en las expediciones del XVIII y XIX o se plantaron en 1755. Podemos ver un ciprés de 240 años, el más viejo del recinto y un olmo del Cáucaso, especie introducida en Europa en el siglo XVIII, que con sus 40 metros es el más alto del Jardín.
También cuenta con la colección de bonsais del ex presidente del Gobierno Felipe González. Más de 100 especies componen esta colección que fue haciendo a partir de especies autóctonas que él recogía en sus viajes. Un paseo por nuestros árboles en miniatura, donde encinas, tejos y pinos comparten su diminuto tamaño con bonsáis de diferentes gobernantes le fueron regalando el ex presidente.
La tarifa ordinaria es de 2,50 € y el horario es de 10:00 a 21:00. La dirección: Plaza de Murillo, 2. Os dejamos un mapa del Jardín para que os guiéis mejor en este auténtico ambiente selvático:
También cuenta con la colección de bonsais del ex presidente del Gobierno Felipe González. Más de 100 especies componen esta colección que fue haciendo a partir de especies autóctonas que él recogía en sus viajes. Un paseo por nuestros árboles en miniatura, donde encinas, tejos y pinos comparten su diminuto tamaño con bonsáis de diferentes gobernantes le fueron regalando el ex presidente.
La tarifa ordinaria es de 2,50 € y el horario es de 10:00 a 21:00. La dirección: Plaza de Murillo, 2. Os dejamos un mapa del Jardín para que os guiéis mejor en este auténtico ambiente selvático:
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