Encontramos esta crónica en una web que nos resultó realmente curiosa así que os la dejamos para que disfrutéis de las curiosidades de Madrid. A Taberna La Bola le encanta saber cada día algo más de nuestra villa.
Lo que comían Lope y Cervantes
Y el encargado de poner las bases y crear tradición fue Felipe II desde el momento en el que decidió que Madrid fuese la capital de España, allá por el siglo XVI. Miguel de Cervantes y Lope de Vega comenzaban entonces a mostrar tímidamente sus obras. Estos dos madrileños alimentaban su arte con la gastronomía del lugar.
Y en los fríos días de invierno seguro se metían entre pecho y espalda un estupendo cocido madrileño. Plato estrella de la gastronomía de esta ciudad. Pero quizá ellos aún no lo llamaban de este modo... Sancho Panza no paraba de hablar de la 'olla podrida' y no del 'cocido madrileño'. Y es que, según dicen los expertos culinarios el cocido madrileño no tuvo esta denominación hasta finales del siglo VII. Dicen también que la estrella culinaria de Madrid deriva precisamente de este plato típico burgalés llamado 'olla podrida', cuyo ingrediente estrella es la alubia.
Ahora bien, Sancho Panza se lo comía con garbanzos, la auténtica estrella del cocido madrileño. Sencillo y sabroso, acompañado siempre de carne de vaca, cerdo y gallina, tocino de cerdo y patata. Y para los más exigentes también con choricito y alguna verdura. Todo junto a la olla, y a dejar que el cocido de haga solo.
El cocido ha conseguido desbancar al que durante mucho tiempo ha sido el plato estrella de Madrid: los callos a la madrileña. Un plato que a la vista puede inquietar a los turistas, pero que al gusto es todo un descubrimiento. Se elabora principalmente con tripas de vaca, acompañadas de chorizo y morcilla. Se cocina muy lentamente en un caldo con pimentón. Un plato fuerte, para valientes y curiosos.
Gastronomía madrileña, ¿fruto de las prisas?
Paciencia, mucha paciencia para cocinar estos dos platos típicos madrileños. Y eso que según dicen, la gastronomía madrileña surge de la prisa en las tabernas y figones. Desde luego no serían ni el cocido ni los callos, aunque puede que sí lo fuesen los calamares, los chopitos y las gallinejas... Son platos que no puedes dejar de probar si visitas Madrid. Y la forma de servirlos en la capital es a base de raciones o tapas. El turismo gastronómico en la capital se hace 'de tapeo'. Toda una tradición, una estupenda forma de probar un poco de todo, acompañado siempre de una caña o un buen vino con denominación de origen de Madrid.
Y de postre... También hay dulzura en Madrid. Dulzura que te puede servir en forma de barquillo un barquillero en plena calle, vestido de chulapo y a ritmo de chotis. Si no encuentras a tu barquillero no tienes más que pasearte por el 'Rastro' de Madrid cualquier mañana de domingo. Y si tienes la suerte de venir en mayo, durante las fiestas del patrón Labrador, la dulzura te la sirven en forma de rosquillas de San Isidro.
¿Y dónde hacer gastroturismo en Madrid? No vas a fallar si pruebas en cualquier lugar cercano a la Puerta del Sol, la Plaza de Santa Ana, la Plaza Mayor y alrededores, como por ejemplo el recién reinaugurado Mercado de San Miguel, lo que llaman la Cava Baja y la Cava Alta, La Latina y en general lo que viene siendo el Madrid de los Austrias. Lo mejor si duda es hacer una ruta y disfrutar de todos los sabores mientras conoces la ciudad.