Ya desde mediados del siglo XIX se venía pensando modificar el entramado de callejuelas del centro de Madrid. Tras reformar algunas zonas como la Puerta del Sol, se propuso el primer proyecto para abrir una calle ancha que cruzase la ciudad desde el noroeste al centro de Madrid. Tras varios proyectos, fueron los arquitectos municipales José López Sallaberry y Francisco Andrés Octavio Palacios los encargados de hacer un nuevo proyecto y en 1899 presentaron su Proyecto de reforma de prolongación de la calle de Preciados y enlace de la plaza del Callao con la calle de Alcalá. Finalmente se iniciará la prolongación en 1910.
La Gran Vía años 50 |
Tres meses antes de comenzar
Al finalizar la Guerra Civil en 1939, con la victoria franquista y su entrada en Madrid, la calle pasó a llamarse desde el 24 de abril Avenida de José Antonio, en homenaje a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española. También se denominó de igual forma la estación de metro de Gran Vía. Pese al nombre impuesto por el régimen, muchas personas continuaron llamándola Gran Vía.
En 1981, durante la Transición Española y siendo alcalde de Madrid el socialista Enrique Tierno Galván, el Ayuntamiento cambió el nombre de veintisiete calles, entre ellas el de la Avenida de José Antonio, que desde entonces se denomina, oficialmente, Gran Vía.
Supongo que tras este relato, nos damos cuenta de lo que esa calle ha vivido, que es lo que nuestra historia ha vivido también y una calle con tanta historia debe estar acompañada de uno de los platos más contundentes de Taberna La Bola: lomo de buey a la plancha.
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